George Bush devolverá impuestos a las familias y reducirá la carga fiscal a las empresas como parte de su plan de choque contra la recesión.
Está claro que es época de rebajas...fiscales, así que Mariano Rajoy no tardará demasiado en pedirle a Solbes que tome nota.
El problema es que cualquier bajada de impuestos tiene un precio, la disminución de los recursos para la construcción de carreteras, para la sanidad, la educación o la financiación de políticas sociales. Que pena...
Pero, por mucho que se minore la inversión estatal en los ciudadanos, hay ciertos bienes y servicios (los que en Hacienda Pública se conocen como indivisibles) que siempre tendrán que ser suministrados por el Estado. Los ejemplos típicos son la seguridad o la justicia. Y, ¿cómo vamos a financiarlos?.
Parece evidente que, como la imposición directa es impopular, la vía que queda abierta es la de la imposición indirecta.
Creo que en este punto es necesario recordar que, según el apartado 1 del artículo 31 de la Constitución, el sistema tributario español se inspirará, entre otros, en el principio de progresividad, es decir, que el que tiene más pague proporcionalmente más que el que tiene menos.
El problema con que se van a encontrar los que tanto prometen es que la imposición indirecta es típicamente regresiva y que, por tanto, no va a ser fácil dar con la fórmula mágica que permita conciliar el sistema tributario que se avecina con el mandato constitucional.
Está claro que es época de rebajas...fiscales, así que Mariano Rajoy no tardará demasiado en pedirle a Solbes que tome nota.
El problema es que cualquier bajada de impuestos tiene un precio, la disminución de los recursos para la construcción de carreteras, para la sanidad, la educación o la financiación de políticas sociales. Que pena...
Pero, por mucho que se minore la inversión estatal en los ciudadanos, hay ciertos bienes y servicios (los que en Hacienda Pública se conocen como indivisibles) que siempre tendrán que ser suministrados por el Estado. Los ejemplos típicos son la seguridad o la justicia. Y, ¿cómo vamos a financiarlos?.
Parece evidente que, como la imposición directa es impopular, la vía que queda abierta es la de la imposición indirecta.
Creo que en este punto es necesario recordar que, según el apartado 1 del artículo 31 de la Constitución, el sistema tributario español se inspirará, entre otros, en el principio de progresividad, es decir, que el que tiene más pague proporcionalmente más que el que tiene menos.
El problema con que se van a encontrar los que tanto prometen es que la imposición indirecta es típicamente regresiva y que, por tanto, no va a ser fácil dar con la fórmula mágica que permita conciliar el sistema tributario que se avecina con el mandato constitucional.
1 comentario:
Nos blogs deberiamos estar enlazados todos os de ourense (mira de facelo cando podas) para poder ter mais presencia na rede, senón esto non ten moito sentido
Publicar un comentario